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articles 2005 V - El Mundo

10/12/2005
ABC tercera 10.XII.05 Destierro
Fernando Arrabal: “Volví la cara llorando”
Con qué desconsuelo estuve a punto de llorar varias veces en el vagón del tren que me condujo a París mañana hace exactamente medio siglo. Sin embargo, aquel 11 de diciembre de 1955 me imaginaba, como hoy me imagino, tan sólo provisionalmente desterrado. Con qué sorpresa me invadió (con encajes de irracionalidad) una excitación trenzada de pavor en el jarro de la esperanza.
Fueron tantos los españoles que, mordiéndose los pies, emprendieron un periplo parecido sambenitados de ‘emigrantes exiliados’ o viceversa. Juanito Valderrama nos dedicó una copla, el historiador un capítulo, el sociólogo un panfleto y Kundera una novela.
También atravesaron la frontera para nunca más volver otros compatriotas notorios de rango y colmados de corolas y coronas. Pero nada sabemos sobre ese instante crucial de sus vidas. Nunca se refirieron a él ¿para no rememorar los aldabonazos del dolor, las espinas y el fuego?
Juan Luis Vives atravesó definitivamente los Pirineos en 1509, abandonando su idolatrada e inolvidable Valencia, para nunca más volver. Como Picasso lo haría cuatrocientos años más tarde. El propio San Ignacio, nacido en el castillo de Loyola, se vino a París en 1536. Como lo hizo Juan Gris a comienzos del siglo XX para morir definitivamente desterrado e invisible en un arrabal parisiense.
Con qué euforia sentí en el tren que mis raíces se transformaban en piernas sin escayolas. ¿No es así querida Carmen Iglesias? Mis secuelas y taras de superdotado me impedían creer en la aventura almidonada.
Pero con qué frivolidad y fosforescencia, en pleno compartimento, me entraron ganas de reír pensando en el estupor de mi subjefe de Papelera Española SA. Con sus graznidos Rimbaud ‘inmoralizó’ a esta clase de sufrido funcionario llamándolo sentado, ‘assis’. La víspera, y creo hoy que con razón, aquel empleado ejemplar me había enviado a trabajar, “para siempre”, en una dependencia y ruina que cargaba el apelativo de “Siberia”. Y de pronto me sentí calcinado por aquella risa abortada que, de haber brotado humeante, hubiera tenido un regusto de venganza; esa monstruosidad ininteligente (hasta en sus hendiduras) y centrífuga que nunca ensayé ni al ocaso.
La inocencia y el escepticismo habían corroído mi ambición desde que, jugando al escondite, alcancé el uso de razón. Homero ya anotó: “quien cruza los mares cambia de cielo pero no de espíritu”.
A raíz de mi destierro mi quehacer no cambió en absoluto. Para ser más preciso: evolucionó como el color de mis ojos o mi ‘rhésus’ B negativo. Únicamente varió una circunstancia (y sus escamas) poco significativa “en profundidad” (como dicen buzos y siquiatras): el oleaje y la repercusión inmediata de mis escritos.
Escribir permite no dejarse asfixiar por la ceniza temblorosa de la realidad a pesar de que se encadena al sufrimiento imprescindible.
Nunca he abandonado la tierra firme del español a pesar de que la mayoría de mis primeros editores suelen aparecer como peldaños extranjeros y de que una parte de mis poemas se irisa compuesta en francés.
Incluso los desterrados que definitivamente se fueron, como Picasso, apreciaron sobremanera la primera cocina de su existencia gracias a ese músculo, cuerpo y órgano llamado lengua. Gracias también a ella y con la misma rotundidad el desterrado elige el idioma con que escribe o con que se expresa con sumo tiento en el “vis-à-vis” del delirio amoroso. Habría que analizar por qué en estos casos extremos actuamos sin ambigüedad (como hubiera dicho Montaigne), sin ‘equivocidad’ (como proponían los griegos), sin confusión (como dijimos en el movimiento pánico), sin indeterminación (con la fórmula de los físicos ‘cuánticos’) o sin excepcionalidad (como enseña la Patafísica).
Las obras del desterrado, contrariamente a lo que imaginan sus compatriotas censores con el polvo de sus piedras, son bálsamos diluidos con ponzoñas. En mi caso me siento tan inferior a todas y cada una de mis obras que, si parece fácil plagiarlas en noche de estrellas, mis torpezas son inimitables.
El agnóstico que creo ser actualmente aspira a ser santo en el destierro, cuando veo que la indeterminación no puede degenerar en autismo o en locura, amarga victoria que consigue la certeza tallada en el volcán. No siempre lo peor es cierto predijo Calderón mientras el ‘gracioso’ de su ‘El Hijo del Sol’ reconoce que era necio pero que lo que vio le hizo dos veces necio.
En el destierro me he cruzado con santas como la ‘gardienne’ portuguesa del inmueble en que vivo. A causa de mi circunstancia he gozado de la presencia de justos como, entre otros, Beckett, Dalí, Topor, Duchamp, Houellebecq, Kundera y de los tres arra“beaux” (L, L &S). He conocido también en el destierro a compatriotas anónimos que me fascinan en la cornisa del monte sagrado: sostienen que la desesperación, aun en la tormenta o las rejas, es una falta de talento, de imaginación, de gusto o de bondad.
Los cuatro dramaturgos desterrados, “con los que tanto he querido”, Beckett, Fo, Gao y Pinter dan el lustre al Nobel que ha deslucido la falange de amanuenses filotiranos y sin espejos. El reflujo de las ideas de Nietzsche y de Marx parece que arrastra las alfombras mohosas y las vitrinas de herrumbre de los militantes de esto y aquello.
Por desterrado vinieron a mí (¿o yo fui a ellos?) los movimientos marginales como flores o abrojos de la tierra de nadie. La Patafísica me ilumina como ciencia de las excepciones, de los epifenómenos y de las soluciones imaginarias. El pánico me sigue asombrando por su lucidez. Como la poesía ‘beatnik’; aun fallecidos Kerouac y Ginsberg tañe su flauta de gasa y pórfido. Durante tres años en el café surrealista de París hice novillos presididos por una vaca sagrada. No participé en un núcleo de tolerancia o de inteligencia pero sí de belleza y de amor. Se ponía de manifiesto una vez más que el amor está reñido con la libertad. El surrealismo no hubiera podido ser, probablemente, sin aquel par de cordobeses desterrados de la plaza del Potro, Maimónides y Averroes. Cuando, muerto André Breton, ciertos filosurrealistas dejaron de creer en el surrealismo, se pusieron a creer en cualquier cosa, dando de espalda al edén de matices.
No parece que se pueda observar un cambio sustancial en mis escritos luego de mis contactos con estas “vanguardias” y sus rótulos sobre zarzas. La tuberculosis y su corolario de sanatorios, sufrimientos, delicias y operaciones han dejado mayores huellas y espumas en mi cuerpo y en mi espíritu.
En el destierro la ciencia y el arte conforman la distancia del espíritu a la belleza. ¿Sería excesivo decir que precisamente el arte y la ciencia no requieren “assis” sino santos… incluso antes que revolucionarios o reformadores tirados a cordel?
El desterrado puede recluirse como murciélago… para escribir como águila real. Con talento se sirve de todo lo que recuerda y con genio de todo lo que olvida. Gracias a ello espera liberarse de la degradante obligación de ser un artista de su tiempo.
El arte para el desterrado es la patria que viaja con él. El amor carnal sólo le conmueve cuando las carátulas lo pintan desastroso o torpe. El desterrado no se cuelga de la memez de intentar provocar. La provocación surge tan abrupta por la pendiente más imprevisible como el éxito o el amor.
El destierro es el lugar del mundo donde prescindir de la felicidad más fácil es. La historia, más que del hecho, despliega en lienzos su eco. Pero cada época se nutre de ilusiones para no poner una mortaja a la línea del presente. ¡Que siempre pueda disponer de esa aurora inmensa y de esa patinadora llamada teatro!
En el vagón del ferrocarril que me llevaba al destierro me vino a la mente, repetidamente (como una frase musical cuando juego al ajedrez), un pasaje de la carta de Schrödinger a Einstein. Y también su famoso gato. Cómo me hubiera gustado maullar con él. Al mismo tiempo en mi tierra natal y lejos de ella. Arrabal, dramaturgo, París
04/12/2005
MUNDO 4.XII.05 Copacabana y testamento
MUNDO 4.XII.05 Copacabana y testamento
El dramaturgo Fernando Arrabal en la playa de Copacabana a las doce de la mañana frente al ‘Cristo Redentor do Corcovado’ y ante el ‘Pào de Azúcar’. Foto: L. Marinho.
Fernando Arrabal y el filósofo don Danton Voltaire presidente de la “Igreja Positivista do Brasil”. Foto: Roberto de Souza.
Talla del gran filósofo Auguste Comte inspirador de la bandera brasileña con su divisa “O Amor por princípio et a Orden por base o Progresso por fim” y fundador en París de la Iglesia Positivista en 1835. Foto: Roberto de Souza.
Fernando Arrabal ante los cañones que defienden Copacabana desde el “Forte”. Foto: Ireneu Pereira.
Fernando Arrabal dirigiendo el relevo de la guardia cerca de la “Praia do diablo”. Foto: Tereza da Silva
“Jesus Cristo é o maior” incluso a la hora de tomarse un polo helado. Foto: Camilla de Albuquerque.

Arrabal: COPACABANA, TEATRO, PLAYA Y TESTAMENTO.

“Últimas voluntades”: testamento para el momento en que todo será semejante. Nos dirigiremos en aquel instante hacia ¿la gran ambigüedad? ¿habiendo tomando alguna precaución?
Redacto las mías [sin decirme “memento mori” y sin moscas] impulsado por el actual ‘tour’ (‘vuelta’ o ‘giro’) con etapas de puro teatro. Me desplazo (en compañía de Lis o de Lélia) a Italia, España, Estados Unidos, Polonia o Brasil a bordo de aeroplanos cada vez más modernos y seguros, a pesar del arrabalesco “l’avión tombe”.
Mi salud, indolente en su invernadero, no parece sufrir puesto que se diría que el cuerpo aguanta. En estos días he nadado en playas brasileñas; he recorrido una docena de kilómetros por los cerros inmediatos al mar, pero tan lejos de Úbeda, con un artilugio (que cabalgaba por primera vez ) llamado “montain-bike’; también por vez primera he pilotado un minivelero (otro desconocido, llamado “laser”) mientras mi maestro e iniciador tomaba un baño de sol en la proa dejándome que me las apechugara, novicio, con el timón y la vela.
Mis pulmones sólo tienen cita con el quirófano a mis 92 años, si siguen respetando el múltiplo de 23. Pues siempre fui operado al compás de este número primo, impar “et passe”. Los heraldos de la gripe “aviar” han conseguido que sueñe con ella. No me ha dado tiempo para comprar la “concesión perpetua” en el cementerio de Batignolles de París para la que he iniciado los primeros trámites de berbiquí embotado.
Sopesando la posibilidad de una súbita desaparición (gripal, aeroplana o cuántica) he pensado en lo que se denomina arbitrariamente “la colección”.
Mientras Lis permanezca en vida será ella la heredera universal de todo lo mío y la depositaria de “la colección”.
Mis hijos (Lélia y Samuel) serán los herederos universales a la desaparición de Lis y mía. La salud de mi hija (Lélia) debería estar protegida prioritariamente siempre. Me gustaría que le fuera garantizada una ayuda psicológica y una mensualidad constante adaptada al llamado “índice económico de vida”. Las pertenencias (fuera de la colección) como los derechos de autor y los bienes formarán parte de la herencia que se repartirán exclusivamente mis dos hijos Lélia y Samuel cuando Lis y yo ya no estemos en vida.
Me tranquilizaría estar seguro de que no se repitieran las “captaciones de herencia” que se han dado en torno mío durante un siglo de veneno y brujas. Tanto mi padre como mi madre desaparecieron misteriosamente tras ser desposeídos. No deben heredar los familiares que suprimieron recientemente los bienes y la vida de mi madre, acaudillados por estafadores de amargos antecedentes jurídicos.
“La colección” [los centenares de cuadros y esculturas, la correspondencia (como por ejemplo la mantenida con Beckett), los manuscritos, los siete centenares de mis volúmenes de bibliofilia, los premios, los miles de fotos, las decenas de miles de libros etc.] no quisiera que se dispersara en arreboles financieros.
España tiene prioridad sin corseterías.
Mucho agradecí los amables proyectos que me propusieron las diferentes ministras de cultura de la democracia. También me honraron los planteamientos de Melilla, Zaragoza, Burgos, Ciudad Rodrigo, Cuenca, Aviñón, Figueres, Poggibonsi etc. Ninguno de ellos parece encaminarse a un posible museo, casa o fundación que albergara la voluminosa aportación, probablemente única en lo que concierne las llamadas vanguardias del XX y del Tercer Milenio.
En Francia el IMEC me ha hecho una proposición razonable para archivar, ‘répertorier’ y conservar “la colección”. Por ello me gustaría que, a la desaparición de Lis y mía el IMEC, sea el depositario de “la colección”, propiedad de mis dos herederos.
Sería ideal, para mí, que el IMEC se aliara con una ciudad o institución española para realizar un “concepto común” sin cortapisas amusgadas.
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Greguería: ‘brevería’ visionaria de Ramón Gómez de la Serna para comprender lo que se adivina.
El erudito brasileño Ivan Corrêa me dice: “Los que no han leído ni sus greguerías ni los arrabalescos pretenden que ambos son semejantes. Por cierto en su día el jefe de la sección de cultura de ARRIBA que publicaba las greguerías una vez por semana, repetía una evidencia: ‘Nadie puede apreciar estas retorcidas frasecitas que maldita la gracia que tienen y que, por si fuera poco, el asmático autor las escribe desde su cómodo retiro fuera de España’. Y tenía toda la razón del mundo: a casi nadie le interesaban. Con muy buen criterio de rentabilidad, decidió ganar espacio tras haberlas casi ocultado en los sótanos de su sección. Las greguerías aparecieron una tras otra como frases de un mismo párrafos, cual sellos borrosos e incomprensibles. Esta historia natural tuvo un final de cuento de hadas. El ABC, cansado por el desaguisado del ARRIBA, pidió a Gómez de la Serna que publicara sus greguerías, espaciadas, en su ‘Tercera’ ”.
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Jaculatorias (y eyaculaciones, del latín jaculari):
¿Qué sería de mis composiciones fotográficas sin la ayuda de fotógrafos conocidos como Dominique Nabokov y sus prestigiosos colegas de Nueva York que realizaron las fotografías publicadas con mi crónica de EL MUNDO del domingo pasado? Gracias, amados míos, por vuestra modestia y vuestro talento.
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Otro arrabalesco: La muerte suprime toda seriedad incluso al propio testamento.

28/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05. New York
EL MUNDO 27.XI.05 New York
Arrabal: Nueva York: EL CIELO Y la mierda

El dramaturgo Fernando Arrabal – ‘compositor’ de estas fotografías- y el fotógrafo Bill Cunningham fotografiados en la Quinta Avenida por la fotógrafa Dominique Nabokov.
[Bill Cunningham publica en “The New York Times” todos los domingos, “On the street”, una página de soberbias fotos -a todo color- {las mías, -descoloridas- ¡pobre de mí! por ahora no las esponsoriza o esportuliza ni SM Coca (Cola) ni Ms Coco (Chanel)}.
En NY el entendido pudiente sabe ganar dólares y el desentendido poeta sabe dilapidarlos.]

27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 9
Marvin Gaye (“What’s up brother?”) que está en el cielo -y en la ‘séptima’- con su infanticida papá. Foto/Jolene Lichtenwalner.
[NY no trasmite más verdad que la de quien la visita.]
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 14
Gigantesco ‘Love’ al pie del estrechísimo rascacielos. Foto/David Powell.
[También en NY el amor formidable (y colosal) contiene en su fundamento (y supedáneo) la imperceptible semilla de la ruptura.]

Otro arrabalesco: En el concierto universal participamos (cada mochuelo en su olivo): los kurdos en la Pampa, los lapones en Florida, los escoceses en Camerún, los melillenses en París y los neoyorkinos en Ciudad Rodrigo.
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 13
Sin que me toque la china en la acera de Broadway, iniciándome, lentísimamente a la gimnasia de la amnesia . Foto/Brenda Werth.
[El neoyorkino que trabaja no hace nada de su vida.]
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 12
Otra originalísima camiseta con Bush y nariz de payaso. Foto/Lélia.
[Los chabacanos más cursis y gilis buscan las puertas de la aventura en política o en NY.]
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 11
Times Square a contraluz y a contratiempo. Foto/Carey Kasten.
[En NY se es rico de todo lo que uno puede prescindir.]
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27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 10
Marvin Gaye (“What’s up brother?”) que está en el cielo -y en la ‘séptima’- con su infanticida papá. Foto/Jolene Lichtenwalner.
[NY no trasmite más verdad que la de quien la visita.]
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27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 8
La policía Lenín ante la Navidad de Rockefeller, en el centro. Foto/Benjamín Ivry, poeta.
[En NY sólo aprendo o comprendo lo que adivino, divino.]
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 7
La bandera de la “puta-patria” carcomida por Jaspers Jones e izada a la cota más alta del mercado. Foto/Michel Kanter.
[El neoyorquino también cree que su propia mierda huele a rosas.]
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 6
El poluto suburbio de NY puede alcanzar un arrabal junto al cielo. Foto/ Helen Bishop.
[En NY el ‘retiro’ sólo es ‘jubilación’ para los hispanos.]
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27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 5
Desde hace 30 años el abc de la tele enseña el “Good morning América”. Foto/Phyllis Zatlin.
[También NY necesita, más que reformadores o revolucionarios, justos o santos. No tratar de ser santo es ‘insanto’ e insensato.]
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27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 4
Empañado hasta las gafas por las volutas del infierno que surgen de las alcantarillas de NY. Foto/Lélia.
[En el suelo y en el subsuelo de NY todo sería inexplicable sin el diablo.]
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 3
Alicia kitsch y maravillosa Lélia. Foto/Benjamín Ivry, poeta.
[En un “Jazz club” de NY intuí por qué San Juan de la Cruz llama a la fe, noche.]
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27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 2
Vista mixta de NY desde la suite de Arrabal sita en el piso 36 del Hilton. Foto/Lélia.
[NY no es pura construcción babilónica con ramos de locura, sino todo lo contrario.]
27/11/2005
EL MUNDO 27.XI.05 New York 1
EL MUNDO 27.XI.05 New York
Arrabal: Nueva York: EL CIELO Y la mierda

El dramaturgo Fernando Arrabal – ‘compositor’ de estas fotografías- y el fotógrafo Bill Cunningham fotografiados en la Quinta Avenida por la fotógrafa Dominique Nabokov.
[Bill Cunningham publica en “The New York Times” todos los domingos, “On the street”, una página de soberbias fotos -a todo color- {las mías, -descoloridas- ¡pobre de mí! por ahora no las esponsoriza o esportuliza ni SM Coca (Cola) ni Ms Coco (Chanel)}.
En NY el entendido pudiente sabe ganar dólares y el desentendido poeta sabe dilapidarlos.]
21/11/2005
MUNDO 20.XI.05 Euler
MUNDO 20.XI.05 Euler
Arrabal: BASILIENSE QUE, TUERTO Y POR FIN CIEGO, LO VIO CASI TODO

Leonhard Euler: Pastorcillo (hijo de pastor) paulino por vía paterna (el reverendo don Pablo) y basiliense nada basilisco (nacido en Basilea).
Recorrió la etapa Suiza-Rusia [como Lenín y Bobby Fischer’s mother (Regina ‘Genialorum’)@!@!@!] sin imaginar que iba a convertirse en emigrante de lujo hasta su muerte a los 76 años.
Brilló desde la cima de las ciencias que un día se llamaron exactas. [Qué anacronismo tan divertido (\\°//\\°//); no olvido que estamos en el mes de Haha del año 133 de la Era ’Patafísica. –no me supriman (¡thanks!) esta comilla soltera e invertida sin la cual la ’Patafisica se puede decir que no existe. ¿Voy a tener que escribir el Libro de Estilo Pánico? Tengo más paciencia que Job. ]
Fue proto-‘sudokista’, físico, enciclopedista, matemático y catalinista -estoy hablando de Euler-. Pero a pique estuvo, por culpa de su papá, de recibir las órdenes en vez de meditar sobre el orden. De los estudios de teología paso a los de geometría. “Ad majorem ciencias Gloriam” [Mis lectores de la S. de J. (<*;*;*;>) saben de dónde proviene este atajo adornado de latinajo.]
*
Nueva Academia: Antigua institución fundada por Catalina II de Rusia bajo el título largo [como los que les encantan a mis eruditos lectores (salvo a los que no les encantan -%%%%-); esta crónica beneficia de opiniones contradictorias (*£*£*) que le transmiten una variedad y rutilancia incomprendida o ejemplar ] de “Nueva Academia de Ciencias de San Petersburgo”.
La N.A.C.S.P., (durante el añorado imperio nadie nunca la llamó así) fue creada por la insuperable zarina en la ciudad que perdió el santo y la seña con el nombre de Petrogrado, y hasta su alma cuando fue bautizada materialista y dialécticamente Leningrado. Este homenaje se le rindió al señor don Ivan Illich inventor del campo de concentración bajo el modelo de Prometeo. Hazaña y “titanada” que no le costó un riñón ni tan siquiera el hígado. Murió en olor de multitudes –disciplinadas y encarriladas-, hemipléjico y (según BHL) gozando de las felaciones de su maja enfermera roja.
Euler ingresó en la Nueva Academia con 19 años como premio a su matemática “superdotación” que entonces ni se llamaba así.
[Esta crónica, amados míos, me temo que vaya a salirme aún más ‘especial’ que las precedentes -sobre el ‘pánico’-.(Pero este periódico por lo visto está dispuesto a dejarme batir mi propio record.)]
*
¡Ojo!: Órgano -par- de la vista, que el impar Euler no lo perdió /¨¨¨¨\ a lo bestia.
Si a Míster Quijada se le secó el seso a fuer de leer libros de caballerías a Euler en 1735 (con 28 años) se le secó un ojo a fuer de leer libros de ciencia.
*
Ángulos de Euler: Así llamados por motivos obvios. Hoy se les considera como primicias del sudoku.
[Desde París no puedo enviar las soluciones de los sudokus con las que esperaba forrar a mis próximos o prójimos. Además EL MUNDO en la capital francesa no cuesta 2€ (como los otros periódicos de ruedo) sino 5 céntimos más. Con los cual algunos ‘kioskeros’ lo boicotean a tiro de calderilla.]
Con estos angulitos {de hermosos culitos} he pasado noches de rechupete determinando, gracias a ellos, la posición de un sólido que se mueve en un tiedro rectangular.
*
Ceguera: Privación de la vista. Algunos la consideran como un privilegio de la fe; pues el que la posee cree en lo que no ve.
Euler, tuerto, volvió a la corte de Catalina II tras haber aceptado que le retuviera durante 25 años el rey prusiano Federico, también segundo y admirador. El genial matemático pre-pánico y suizo deslumbrado por sus propios descubrimientos perdió su segundo ojo. A partir de este accidente vio más claramente y sobre todo con mayor profundidad en una época aun sin psiquiatras ni buzos.
*
Saturno: Perturbador de Júpiter y viceversa.
Euler estudió las interferencias entre ambos y puso de manifiesto los movimientos parabólicos de los planteas. Y ya de paso introdujo la noción de éter en los campos magnéticos y eléctricos.
El éter se convirtió en la droga de las damas ‘cientistas’ y espiritistas de la sociedad brasileña; [punto y coma, please!] como hoy lo es la gilipuertez de la sociedad ‘planetaña’ que manda en el ruedo.
*
Jaculatorias (y eyaculaciones, del latín jaculari):
Conocí a un matemático que creía que un pronunciamiento era una escuela de dicción -##-.
*
Las matemáticas le enseñaron todo lo que la precisión le escondió.
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Probablemente Euler creía que el axioma científico duerme.
*
Me gustaría que surgieran unas matemáticas ficticias escritas “por nadie”.
*
Es un matemático tan importante que ni siquiera conoce la tabla del 7.
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Otro arrabalesco: El sabio distraido: “Gracias a las matemáticas infinitesimales la eternidad es cada vez más larga” . [Punto final, por favor, para abreviar.]
13/11/2005
MUNDO13.XI.2005 La informacion suministrada por el ADN de la sangre de Cristo
MUNDO13.XI.2005 Euler, Debré
Arrabal: LA INFORMACION SUMINISTRADA POR EL ADN DE LA SANGRE DE CRISTO
Definiciones, jaculatorias y arrabalescos
Definiciones
Paradojas: (‘para’: contra, ‘doxa’: opinión). Caprichos, contradicciones o antónimos del pensamiento ‘pánico’ iluminando estigmas de la precisión.
A un huevo duro se le puede dar una impulsión para que dé vueltas sobre sí mismo. Terminaría por levantarse y girar en equilibrio sobre una de sus dos extremidades. Es "la paradoja del huevo de Jellet" estudiada por el físico irlandés en 1872 en su "Tratado sobre la teoría de fricciones". Hoy ‘pánicamente’ el Instituto Isaac Newton de Cambridge no sólo intenta descifrar este misterio sino también el de las peonzas, de los ‘anagiros’ y de los discos de Leonhard Euler el proto‘sudokista’ del XVIII,.
Bernard Debré especula graciosamente con la posibilidad de que el santo sudario de Milán contenga una auténtica miaja de sangre. Gracias a esta gota del Grial sería posible estudiar la información de la carta genética de Cristo, su código ADN y compararlo con los de los peatones mortales, creados, para mayor inri, a su imagen y semejanza. Bernard Debré escribe: "¿Santificaremos a los que tengan un ADN parecido al de Cristo? ¿Diabolizaremos a los más diferenciados del modelo? ¿Podrán alcanzar la redención?".
Y dando yo mismo un pase mirando al público: "¿no hay ya ciudadanos del ruedo que paradójicamente cuenten con un ‘rhésus’ superior al de los peones peninsulares de a pié?".
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Objeto del ‘pánico’: No es el de descubrir qué es la confusión sino tan sólo lo que se puede decir sobre ella. El cerebro ha renunciado a tratar de comprender el mundo. Sólo intenta analizar nuestro afán y estupor por describir la confusión, su rosetón y su rastrillo.
Los buzos y espeleólogos que bucean o cavan bajo las ruinas y cascotes de lo que llamamos realidad únicamente hallan… la confusión ‘pánica’ y su aliada, la información. [Mis amados lectores me dan tantos ejemplos con los flecos al viento.¤ç¤ç¤]
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Información: Noticia que abarca dos categorías: el propio mensaje y los símbolos utilizados para escribirlo. Es, pues, [tautológicamente =¨¨=¨¨] una información blasonada por un código de signos.
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La objetividad de la información: ¡Pura utopía! como anhelo inalcanzable sin semilla en su copón.
Desde Tales de Mileto la utopía es un pajarraco vigoroso y ‘viboroso’, brumal y brutal.
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Gravitón: Partícula elemental que transmite la fuerza de la gravedad. Desde hace 23 años el ‘pánico’ observa sus vibraciones y ritos gracias a los testimonios científicos. [Diego Bardón, después de correr el maratón en un tiempo record, leyó en NY mis dos últimas crónicas y recordó la frase oída: "no comprendo nada, pero ¡qué arte!"]
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Gran Unificación: Representación en el "teatro de la utopía", del delirio de la ensambladura que pretende unificar la fuerza nuclear fuerte y la fuerza electromagnética débil. (La novela "La torre herida por el rayo")
El gravitón no puede dejarse envolver en esta fantasmagoría desconocedora de la confusión ni siquiera en sus hipótesis y ayuntamientos. [Qué saeteras y qué periódico, ni que fuera ‘The Journal of Chemical Physics’.]
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Jaculatorias (y eyaculaciones, del latín jaculari):
Es un anciano científico tan cortés que, de pasmo, confunde a su pareja simulando el orgasmo con espasmos.
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Es una anciana científica tan ‘bi-porno’ de torno que para duplicar sus posibilidades en su entorno se hizo asexual.
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En el suelo de la tópica y entrópica barra de un bar patrio he visto un espacio sin basuras ni grasuras a los pies de tres extranjeros que hablaban, sin gritar.
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Como Einstein, antes de dormir, apagaba la luz automáticamente gracias a un reloj de boj, y que otro reloj le despertaba, le regalaron varios centenares de relojes [para deshojes y trojes].
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Como Dios no quiso que el hombre se masturbara, para probarle lo creó con manos. Luego, en un vuelo de piedad, inventó el ‘parking’ para solteros frígidos.
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Si Colón, agraviado, no se hubiera desviado de su puta ruta NewYork sería Tegucigalpa.
Otro arrabalesco: "Por lo que oigo en el té o en la tele (sin darme un telele) Cervantes sólo pegó, pregó o desplegó una detrás de otra sus propias citas más conocidas".

El dramaturgo Fernando Arrabal con Lélia en Nueva York el 8 de noviembre bajo el eslogan "el arte es fácilmente secuestrado por cretinos y por monstruos". Foto: Michel Kanter..

10/11/2005
MUNDO 6.XI.05 Segundo manifiesto pánico
Arrabal: Continuación del “segundo manifiesto pánico (tercer milenio)” del 30 de octubre.

Física: Era la reina de las ciencias y del teclado antes de ser destronada por la biología molecular. Como el surrealismo era el escaparate y ‘la modernidad’ antes del ‘pánico’.
El salto de tigre de la biología molecular pilló desprevenido los biselados de Nobel. Los académicos reconocen ya que la medicina es la práctica de curanderos inoxidables, mientras que la biología molecular es la ciencia de la vida.
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Antepasados del ‘pánico’: Peatones de castillos en el aire que supieron, frente a los puristas y sus chatarras, aliar sabiduría y capacidad de definición.
Lucrecio cuenta la ciencia ‘pánicamente’ con el poema epistimológico “De natura rerum”. La interpretación “realista” de la Física siempre fue un análisis furtivo y ‘pre-pánico’:
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Alucinación: Percepción del espacio y del tiempo en el ‘teatro de la realidad’.
Los accesorios acurrucados y apuntalados en este escenario no se pueden representar definitivamente ni bajo la forma de ondas ni bajo la de partículas. Se mueven en la secuencia determinada por el espacio y por el tiempo. Los electrodos los átomos o la luz no se comportan ni como olas del mar, ni como bolas de billar, ni como flores de lentisco.
El individuo ‘pánico’ se pregunta ¿por qué la alucinación se disfraza de realidad cuando podía elegir otra máscara? Y sobre todo ¿podríamos quitar el disfraz para reconstruir la esencia?
*
Superdotado: Individuo ‘pánico’ capaz, evitando la alucinación, de resolver los problemas infinitos de un sistema confuso por necesidad. Por ello el superdotado puede inventar galaxias imaginarias o agujeros negros inexistentes y, más extraordinario, determinar la evolución del arte de vivir o del estado de la conciencia. El superdotado ‘pánico’ (con Sancho y Borges) piensa que estamos jugando al ajedrez al interior del teatro de la virtualidad sin adormideras ni sombrillas.
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Información: Elemento ‘pánico’ (en su confusión) del conocimiento. Pues la información no describe un objeto o una teoría sino lo que de él o de ella sabemos.
Todo lo que conocemos del ‘teatro de la realidad’ es todo la información que llegamos a extraerle [¨>¨<¨].
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Las tres imposibilidades de la información:
.Enviarla más rápidamente que la luz.
.Clonarla a un sistema desconocido.
.Garantizar el código secreto de un sistema ‘pánico’.
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Conocimiento ‘pánico’: Facultad en la que sólo cabe una cantidad máxima de información del espacio y del tiempo. Con la prognosis de que aparecerá una información aún más confusa.
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Azar ‘pánico’: Ausencia imprevisible de información, teniendo presente que ésta no puede comportarse como materia.
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Velo de la confusión: Frontera ‘pánica’ transparente, pero impenetrable, que nos separa del espacio y del tiempo (del “teatro de la realidad”). El ‘pánico’ no se pronuncia sobre la realidad de este teatro puesto que podría existir confusamente.
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Límites de la confusión: Mojones que dan forma (y formalizan) la confusión (]#{#[#}).
Por ello el pragmatismo de la confusión es la actitud y adaptación que ponen de manifiesto el abismo que se abre cuando intentamos definir y medir cualquier sistema.
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Ontología del pánico: Estudio del ser en tanto que ser (y no ser). Ciencia, pues, de la esencia de la confusión y el conocimiento integrados fuera de las riadas (de residuos y excrementos) de lo que llamamos “realidad”.
El camino único para conocer los límites de la ontología ‘pánica’ es precisamente la epistemología del pánico.
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Jaculatorias (y eyaculaciones, del latín jaculari):
El correveidile, sin llamador ni morral, entre realismo e idealismo es la información confusa del espacio y del tiempo.
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Amados lectores: sus comentarios, determinan y determinarán este manifiesto que se está componiendo y recomponiendo a ojos vista.
Otro arrabalesco: El detractor del ‘pánico’, saludado por hormigas, intenta no pensar, y olvida volver a su punto de partida